lunes, 24 de mayo de 2010

¿Te he dicho que te quiero?

Los días habían pasado inexorablemente, con pequeños mensajes, escasas llamadas, y el corazón latiendo apresuradamente por la necesidad de sentir sus brazos de nuevo, cada día que pasaba sin poder sentir sus caricias le hacía languidecer, su sonrisa desdibujada apagaba su cara, y las personas que la querían se preocupaban por su aspecto, porque su tez reflejaba lo que sentía internamente........ En su cuerpo también se notaba, había pasado tan sólo un mes pero había adelgazado 10Kg.

Le faltaba algo......le faltaba él.......era como el aire que respiraba, como la sangre que corría por sus venas, como el agua que necesitaba para subsistir, como las ideas que se creaban en su mente, sin él no era nada...............o al menos eso sentía ella.....

Pasado el mes, volvieron a encontrarse, ella estaba decidida a terminar con aquel sufrimiento que la martirizaba día y noche y así se lo dijo, le dijo que le dejaba, que no podía continuar con esta situación, nunca sabía cuando le vería, cuando volvería a estar en sus brazos, sabía que sería duro, pero había tomado la decisión.

Él la abrazo y la beso primero levemente en los labios, con gran delicadeza, y después atrayéndola hacía él, la besó con pasión, como si quisiera absorber su alma a través de sus besos, y como en un susurro le dijo "¿Te he dicho que te quiero?"

Sabía que eso la desarmaría y así fue, ella se derrumbo en sus brazos, ya no tenía fuerza para seguir adelante, él continuó diciéndole, "Déjame, hazlo si puedes, pero antes de tres semanas volverás a mi lado, porque no puedes subsistir sin mi, me necesitas para vivir, soy yo quien te da la vida.......". Ella con el alma rota, tuvo que reconocer que él tenía razón y que no podría dejarlo, ahora entendía a las mujeres maltratadas a las que siempre había recriminado que no se plantasen y abandonasen a sus parejas.... Ahora ella era una de ellas...

Él volvió a abrazarla, la beso con más amor que nunca, comenzó a despojarla de sus ropas y la amó como nunca antes lo había hecho, repitiéndole continuamente cuanto la quería y cuanto la amaba, lo importante que era ella en su vida, y que nunca podría prescindir de ella, como ella tampoco podría hacerlo de él. Le repitió hasta la saciedad que ella era su mujer, sin la cual no podía vivir. Ella se abandonó al momento, y comprendió que no podía dejarle, disfrutó de su presencia y de su amor..

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiene gracia... Me siento así...Lo amo con toda mi alma y deberia dejarle ir.. No puedo hacerlo. Ojala y me dijera, te quiero.
A kien iba dirigido Irene? Te ha sucedido algo asi?