martes, 22 de noviembre de 2011

Otoño

En tus noches me recuesto,
Parece que los años no han pasado, no se marcan en los diarios, ni en los periódicos que leo, ni en la fotografías que tomo…
Recuerdo que las imágenes más bellas las has traído desde el inicio, así como mis lágrimas con tu lluvia,
diferentes países, diferentes ambientes, diferentes climas; una sola estación.
Hoy no siento el cambio, pero lo persigo, lo anhelo…
Me cuelgo de los telares que anidan en los rincones de las ventanas, dejando que los truenos me estremezcan y que la lluvia entre a mi cama y moje mis sábanas, que claman por tu llegada, por tu ímpetu, por tu nostalgia y tu inspiración…
Eres un recuerdo perenne, eres mi amor, eres mi fantasía, eres…
Eres mi búsqueda constante y finita. Eres mi consuelo y desconsuelo al tenerte tan sólo para mí, al no poder compartir tu belleza con alguien…
Eres quien no me abraza más que con un frío oleaje, con un frío viento de tormenta presagiando nostalgia…
Mi lluvia de truenos, de sollozos, de encuentros, de desafíos…
Gris, mi soledad, mi amor.
Dorado, el oro de tus caminos, de tu perfume en el aire… abrasador.
Estás aquí y te extraño tanto que me refugio en tu cortina, y salgo esperando disfrutarte
algún día.


lunes, 6 de junio de 2011

miércoles, 1 de junio de 2011

en el Mar de Mármara

Sé que mi corazón alguna tarde,
recordará estas aguas quietas
del Mar de Mármara.
Y este liviano encantamiento azul
del cielo que las sueña.

Sé muy bien
que mi corazón alguna tarde,
en el jardín, quizá, ya del crepúsculo
buscará este frescor, estos reflejos
del lento amanecer que ven mis ojos.

El mar, el Mar de Mármara,
con buques siempre varados en sus aguas,
con buques que renuncian a cualquier travesía,
quietos también sobre sus aguas.

Los pájaros escriben con sus vuelos
en la celeste página de la mañana
el salmo que recito de verdad y belleza.

Esta visión, esta emoción
viaja ya por el tiempo hasta ese día,
para dejar temblando su milagro.

Entonces, me acordaré de hoy.