jueves, 26 de febrero de 2009

Cesó la incertidumbre

Mi alma presentía que todo acabaría,
pero… quise desafiar la ley de la gravedad.
Tus labios no volvieron mis ojos a cerrar,
las noches en silencio se hicieron de palabras,
vencieron los acuerdos a toda adversidad.
Sonaron las monedas en tu bolsa vacía
y compraste con ellas nuestra tranquilidad.
Cesó la incertidumbre,
pusiste cetro y trono a la comodidad.
¡Así no te quería!…¡Así no te pensaba!
Los problemas resueltos cambiaron tu verdad.
Ya no me necesitas…
Yo soy amiga eterna de la inseguridad,
me gusta el sufrimiento y la lucha cotidiana.
Tener las manos llenas me impide trabajar.
Cumpliste ya tu sueño…el mío se esfumó.
Yo soy hija del pueblo y tú quieres una reina;
en cuanto yo me vaya me puedes reemplazar.
Nada hay que te reproche,
permite que me marche sin tristes despedidas.

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