Ayer cielos blancos y despejados.
Nubes inmóviles, reflejaban la estabilidad del tiempo.
Mientras, en otro lugar, aumentaban y se movilizaban.
Nada era estático, todo dinámico.
Nubes grises avanzaban y ensombrecían colinas y montañas.
Amenazando tormenta, entristeciendo el cielo.
Con lluvia, rayos y truenos, el cielo habló.
Mañana, con lloviznas y brisa el día despertará
y con un arcoiris la tormenta lentamente marchará.
Hoy el cielo es dinámico, mañana claro y estático.
Y de hoy a mañana, la Eternidad.
Dedicado a Santi.
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